El pasado sábado día 24, como parte de nuestra preparación para nuestra carrera objetivo de la temporada, participamos en el Desafío Galayos 2025. Carrera dura, con un nivel de dificultad medio-alto, ya que discurre por un terreno muy rocoso.
Al las 6 de la mañana, desde Arenas de San Pedro(Ávila) Jose y yo tomábamos la salida de esta prueba, que sería un test para la preparación que estamos llevando a cabo para La CDH Val d´aran. Los primeros km trascurren de noche y por un terreno poco técnico, lo que no quiere decir, que no fuese duro, ya que comenzamos el primer ascenso y aunque este fuera por pistas y cortafuegos, la inclinación de este terreno era considerable. Poco a poco le sol no va regalando su luz y esto nos permite quitarnos los frontales y empezar apreciar el entorno, que para que tengáis una imagen, lo primero que vemos es la inmensa ladera de una montaña repleta de pinos de unos 7 metros de alto, que hace que lo primero que se me venga a la mente es esa frase que decía Félix Rodríguez de La Fuente, en la que tiempos atrás, una ardilla podía cruzar la península Ibérica sin pisar el suelo. Y de esta manera, acumulando 700 metros positivos llegamos a Guisando, donde estaba el primer avituallamiento.
Dejamos Guisando atrás y comienza la parte mas dura de la carrera, que a su vez, se divide en dos tramos. En el primer tramo tenemos como objetivo el Pico Cernuval y hasta llegar a el tenemos que recorrer uno 7 km, todos de subida, sin un solo respiro, pero no es solo la subida, a cada km que avanzamos, el terreno se va volviendo más complicado, más montañero.
Pasamos de senderos estrechos a pendientes con piedras sueltas a cornisas que dan vértigo y a una vegetación cerrada, que en algunos casos nos complica mucho la subida. A unos 2km de la cima el terreno cambia y comenzamos a cruzar una pradera, que muchos diréis, que guay, pues no, es una pradera donde la hierba te impide ver el terreno irregular que hay debajo, teniendo que extremar las precauciones, para que no se nos doblen los tobillos. una vez que salimos de la pradera, nos metemos de lleno en un pequeño bosque de taramas que casi son mas altas que nosotros y que nos dejan las piernas llenas de arañazos, pero no hay dolor, y así llegamos al pico más alto, El Cernuval. Después, nos toca un descenso por el mismo camino por el que hemos subido hasta llegar al Nogal del Barranco, donde tenemos el siguiente avituallamiento.
Salimos del avituallamiento y comenzamos la segunda subida dura, en este caso, vamos en dirección al refugio del Victori.
Para llegar a el, tenemos qu8e coger una antigua calzada de piedras, que es entere comillas, la parte fácil de la subida ya que a 1km del refugio, cogemos la ruta que se denomina La Apretura, que no es otra cosa que subir de piedra en piedra por una pradera con mas de un 40% de inclinación, lo que hace que empleemos casi media hora en recorrer este km. Pero una vez allí, conquistado el refugio, paramos porque es necesario para tomar aire y disfrutar del espectáculo
que nos brinda la naturaleza. A continuación, comenzamos una bajada vertiginosa por Las Zetas, con un terreno bastante técnico pero que hacemos bien, disfrutando de la bajada y concentrados al máximo para ver donde poníamos los pies, para evitar caídas.
Una vez que se termina la bajada entramos en una zona de sube bajas hasta llegar a la meta, atravesando bosques de pinos, praderas y gargantas de agua que corrían como nunca por la cantidad de nieve que hay en la cima de la montaña, por lo que cada vez que podíamos aprovechábamos para refrescar un poco el cuerpo y seguir adelante.
Al Final, llegada a meta, en Arenas de San Pedro, con algo más de esfuerzo de los esperado, pero con la satisfacción del trabajo bien hecho, un trabajo de 55 km y 3700 metros de desnivel positivo.
Y ahí queda eso.
Samuel
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